Desde la tramoya: El deseo de conocimiento no es reprochable

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El deseo de conocimiento no es reprochable
Me acuerdo que cuando empecé en esto del teatro me estrujaba los sesos leyendo todo lo que caía en mis manos. Mi avidez por adquirir conocimientos a algunos compañeros les resultaba insultante cuando no repugnante. Daba igual, libros, dosieres, catálogos, revistas, memorias técnicas de proyectos, folletos publicitarios de los fabricantes que exhibían sus productos en las ferias, dedicaba mis vacaciones a ir a cursos de iluminación o tramoya que pagaba con el dinero que iba ahorrando….de todo ello aprendí lo poco que hoy sé.