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MARCELO RAMAL JUNTO A LOS TRABAJADORES DEL TEATRO COLÓN por la reincorporación del delegado Pastor Mora
Publicado el 23 de Abril del 2014
En la tarde de ayer,  la Junta Interna de ATE – Teatro Colón realizó un acto en el Salón Presidente Perón de la Legislatura porteña exigiendo la reincorporación inmediata del músico y delegado Pastor Mora, al cual el gobierno macrista no le permite ingresar a su puesto de trabajo desde fines de 2013. Pastor Mora es delegado de los trabajadores del Colón,  que desde 2010 vienen desarrollando una enorme lucha contra la privatización del Teatro por el salario y las condiciones de trabajo.
En el acto, los delegados del Teatro celebraron el fallo dado a conocer el lunes por la Sala VII de la Cámara Nacional del Trabajo, que declara la legalidad de la asamblea general y la huelga realizada en el año 2010.

Este fallo desnuda hasta qué punto llega la persecución gremial por parte del ejecutivo de la Ciudad,  que pretendía la ilegitimidad del acto más trascendente y soberano de un colectivo de trabajadores: la asamblea general. La decisión de la justicia, luego de una larga lucha,  deja planteada la inmediata reincorporación del compañero a su lugar de trabajo.

En la apertura del acto el legislador por el Frente de Izquierda, Marcelo Ramal, destacó la importancia del fallo . “ Este acto será la celebración de una batalla  ganada en defensa del derecho a luchar, en un momento en que ese mismo derecho está siendo cuestionado –y no sólo por Macri”

El acto comenzó con presentaciones musicales de trabajadores de la Orquesta Filarmónica, la Estable y el Coro, que mostraron el apoyo existente en el interior del Teatro a la lucha por terminar con la persecución gremial.

Al finalizar, se realizó una conferencia de prensa en la hicieron uso de la palabra Pastor Mora, Marcelo Ramal, los delegados José Piazza, Máximo Parpagnoli y el Secretario General de Ate-Capital José Luis Matazza. En la conferencia Ramal sostuvo que “estamos luchando contra un atropello laboral, pero no sólo por eso.  Luchamos para que la cultura sea un patrimonio social, contra una política que procura el vaciamiento del Teatro Colón y convertirlo en una mera sala de alquiler”.

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2 comentarios en “Comunicados > MARCELO RAMAL JUNTO A LOS TRABAJADORES DEL TEATRO COLÓN por la reincorporación del delegado Pastor Mora – PO.org.ar

  1. … a los dueños les conviene que la competitividad y la falta de compañerismo reine dentro de la empresa. En los últimos años, incluso, se propagó un neofordismo al estilo McDonald’s según el cual la empresa otorga diversos «premios» a los empleados más esmerados del mes, que pueden ir desde un pequeño sobresueldo hasta viajes, pasando por bonos de supermercado o tickets de restaurant. Hasta en la enseñanza se implementaron los «plus» por presentismo. No obstante, el sencillo sistema del café en la oficina del jefe y la «palmadita en el hombro» seguida de promesas de ascenso siempre ofrece buenos resultados. De manera que el antiguo sistema de vigilancia del capataz o del supervisor fue, con el tiempo, cediendo lugar al autocontrol.

    Por otra parte, la empresa va a tratar por todos los medios que desaparezcan los contactos entre los empleados que no se reduzcan a los estrictamente laboral. Lo importante es que CADA UNO trate sus problemas con el patrón o el jefe de personal. Después de todo, cada uno de los empleados puede ser reemplazado, en última instancia, por otro. Y él lo sabe. Porque, tal como están las cosas, lo más seguro es que sus compañeros no muevan un dedo para impedirlo. Por eso va a intentar hacer buena letra ante los dueños: el miedo no es tonto.

    La tarea de la patronal, en principio, resulta relativamente sencilla. A la competitividad entre los empleados se suman, además, ciertas divisiones entre las partes de la empresa. Es probable que los empleados de las oficinas no quieran juntarse con la «negrada» de los talleres, porque los consideran socialmente diferentes, hasta el punto de llegar a verlos con los mismos ojos del patrón, mirada que puede ir desde la condescendencia hasta el desprecio.

    Los problemas de la empresa comenzarán el día que los empleados de las diferentes secciones se unan precisamente para pedir un aumento de salario, una mejora en las condiciones de trabajo o la reincorporacion de compañeros cesanteados. O incluso: cuando decidan hacer funcionar la empresa prescindiendo de los patrones para distribuirse democráticamente los resultados de su colaboración. Cualquiera puede imaginarse lo que sucedería en una situación así. Ya no será el jefe de personal quien intervenga como cuando debía solucionar una pequeña disputa entre empleados. Ahora los dueños van a llamar a la policía para que restablezca el orden, es decir, para que cada uno vuelva a su puesto de trabajo, a hacer lo que debe hacer o lo que le corresponde. Para que la cooperación continúe, digamos, puesto que sin ella nada existiría, pero sin amistad ni solidaridad ninguna. En síntesis, sin libertad.

    Divide ut imperes, había dicho Maquiavelo hace cuatro siglos: divide para reinar. O divide, si se quiere, para conservar tus privilegios. La dominación, en este sentido, es lo inmoral por excelencia, en tanto impide el establecimiento de la solidaridad entre la gente. La dominación, como vimos, siempre separa a un cuerpo de lo que puede. Esta dominación tiene la fisonomía de la moral republicana concebida por Platón: cada un en su tarea sin mezclarse en otra cosa. La moral, paradójicamente, no es aquí algo distinto de lo inmoral.

    … cada uno sometido a la misma amenaza de delación y, al mismo tiempo, cada uno colaborando con el jefe para que el sistema de delación siga en marcha. Una paráfrasis del patético lema que Himmler había forjado para las S.S.: «Mi honor es mi lealtad».

    Dardo Scavino, La era de la desolación: ética y moral en la Argentina de fin de siglo.

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