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Madama Butterfly en Buenos Aires
Gustavo Gabriel Otero
El Teatro Colón de Buenos Aires cerró su Temporada 2014 con Madama Butterfly de Puccini, con dos elencos alternativos de adecuado nivel, con algún crédito mayor para el nacional, una puesta suntuosa aunque un tanto sobrecargada ideada por Hugo De Ana y buen trabajo orquestal.
En el elenco internacional la soprano armenia Liana Aleksanyan -reemplazante de último momento de Patricia Racettte- no pudo dar todo el realce que merece el rol de Cio-Cio San. Es una voz pequeña pero bien trabajada con algunos problemas en la zona grave y potentes agudos. Pareciera que el Colón le quedó grande en más de un sentido. Intentó hacer un personaje introspectivo pero, finalmente, el mayor pecado fue que no conmovió.
Aleksanyas y Valenti durante la representación de ‘Madama Butterfly’ de Puccini. Dirección musical, Ira Levin. Dirección escénica, Hugo De Ana. Buenos Aires, Teatro Colón, noviembre de 2014 © Colombaroli/Teatro Colón, 2014
A su lado el tenor James Valenti tiene la presencia escénica perfecta para Pinkerton, joven, alto, bello, de movimientos seductores; pero el problema es su canto. Otra voz pequeña, como la de Butterfly, pero esta vez sin atractivos. En algunos momentos calante y con algunos problemas en su aria del tercer acto. Una presencia que decepcionó y hasta una muy pequeña parte del público abucheó.
Sin dudas las dos mejores voces del elenco internacional que cantó la noche del 25 de noviembre fueron las de Guadalupe Barrientos (Suzuki) e Igor Golovatenko (Sharples). Guadalupe Barrientos exhibió notable caudal, bello timbre y perfección interpretativa mientras que Golovatenko es una voz importante que maneja con ductilidad y perfectos recursos. Sergio Spina fue un Goro casi ideal, y potente el Tío Bonzo de Fernado Radó.
Ferracani y Folger durante la representación de ‘Madama Butterfly’ de Puccini. Dirección musical, Ira Levin. Dirección escénica, Hugo De Ana. Buenos Aires, Teatro Colón, noviembre de 2014 © Colombaroli/Teatro Colón, 2014
En el elenco local o nacional el protagónico fue cantado por Mónica Ferracani, quien interpretó la parte con verdadero nervio italiano, gran volumen, algo de vibrato y entrega notable. A su lado el tenor Enrique Folger volvió a presentar un Pinkerton de arrolladora mediterraneidad. Con un canto franco de timbre grato y varonil, llenó con su voz toda la sala.
Con corrección, en un repertorio que no parece ser el propio, se movió Alejandro Meerapfel como Sharpless. Alejandra Malvino (Suzuki) volvió a brillar en un rol que conoce e interpreta a la perfección. Gabriel Centeno fue un adecuado Goro mientras que Christian Peregrino no desentonó como el Tío Bonzo.
El resto del elenco -el mismo en ambos repartos- así como el Coro Estable, mostraron sólida preparación y adecuada prestación.
Momento de la representación de ‘Madama Butterfly’ de Puccini. Dirección musical, Ira Levin. Dirección escénica, Hugo De Ana. Buenos Aires, Teatro Colón, noviembre de 2014 © Colombaroli/Teatro Colón, 2014
Hugo De Ana, a cargo de todos los aspectos visuales, recurrió a la yuxtaposición de elementos para trazar el marco visual de esta ópera. A los trajes necesariamente japoneses le adicionó cierto minimalismo en la concepción de tres cubos en los que gira la acción escénica, un enorme fondo con la vista del mar que muta en mariposas o flores, una pizca del teatro japonés (mixturando el Kabuki, el Bunrako y el Nôh), sirvientes de escena vestidos como ninjas y algo de barroquismo visual.
El cubo central, más grande que los laterales, es el espacio en el que transcurren los hechos principales de la obra. En los dos laterales, que pueden moverse, trascurren otras acciones menores como por ejemplo el inicio del segundo acto. Sobre el final los tres cubos desaparecen intentando mostrar la total soledad de Cio-Cio San en esos momentos. Por delante se deja ver un puente en madera y piedras, tan típicos de las postales japonesas, y por detrás es casi permanente la visión del mar y del cielo, en una gama de grises y azules que en algunos momentos cambiarán de color según las horas del día o los momentos del drama. Bastidores plegables ocultan el mar en algunos momentos para dar una imagen de cercanía. En otros lugares de la acción, el fondo es utilizado para mostrar flores o mariposas.
Momento de la representación de ‘Madama Butterfly’ de Puccini. Dirección musical, Ira Levin. Dirección escénica, Hugo De Ana. Buenos Aires, Teatro Colón, noviembre de 2014 © Colombaroli/Teatro Colón, 2014
El primer acto resulta poético de principio a fin mientras que en el bloque formado por el segundo y el tercero hay cierta propensión al exceso de elementos. En la marcación actoral hay un evidente trabajo profundo sobre cada movimiento o gesto y es una lástima que la sobreabundancia de mariposas y flores, y la presencia de casi todos los personajes en el preludio al tercer acto hagan de una puesta con buenas ideas algo que se recarga innecesariamente. La escena del suicidio con la ayuda de Suzuki está tomada de distintos rituales japoneses y que en lugar de sangre la protagonista desenrolle una tira roja es un evidente tributo al teatro japonés. Con todo una puesta muy buena, tradicional, pero con elementos y tecnología moderna que, aunque algo recargada, no defrauda.
Momento de la representación de ‘Madama Butterfly’ de Puccini. Dirección musical, Ira Levin. Dirección escénica, Hugo De Ana. Buenos Aires, Teatro Colón, noviembre de 2014 © Colombaroli/Teatro Colón, 2014
El maestro Ira Levin realizó un buen trabajo a cargo de la Orquesta Estable. Su versión fue precisa y prolija. Intentó cuidar el balance entre el foso y la escena pero sin lograrlo en todo momento.
En suma: dos gratas noches de ópera con la inmortal Madama Butterfly.
Este artículo fue publicado el 05/12/2014
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Esta reseña recoge las dos representaciones de ‘Madama Butterfly’ que tuvieron lugar en el Teatro Colón de Buenos Aires los días 25 y 29 de noviembre de 2014, con diferente elenco.
Buenos Aires, 25/12/2014. Teatro Colón. Giacomo Puccini: Madama Butterfly. Ópera en tres actos. Libreto de Luigi Illica y Giuseppe Giacosa. Hugo De Ana, dirección escénica, escenografía, vestuario e iluminación. Sergio Metalli, diseño de vídeo. Liana Aleksanyan y Mónica Ferracani (Madama Butterfly), James Valenti y Enrique Folger (Pinkerton), Guadalupe Barrientos y Alejandra Malvino (Suzuki), Igor Golovatenko y Alejandro Meerapfel (Sharpless), Sergio Spina y Gabriel Centeno (Goro), Fernando Radó y Christian Peregrino (Tío Bonzo), Fernando Grassi (Príncipe Yamadori), Gabriela Ceaglio (Kate Pinkerton), Mario De Salvo (Comisario Imperial), Román Modzelwski (Oficial del Registro). Orquesta y Coro del Teatro Colón. Director del Coro: Miguel Martínez. Dirección musical: Ira Levin
La maravillosa doprano que viene «de último momento» venía representando el rol en Colonia – Alemania
es DELICIOSA , lamento que te perdieras sus funciones, el domingo 30 la ovación fué inmensa
Pinkerton fué flojo, el resto excelente y la puesta ME ENCANTÓ! despojada, una síntesis perfecta