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La crème de la crème
Publicado el Domingo, 13 Diciembre 2015 23:19 – Escrito por Juan Cruz Zuloaga
El excelso Teatro Colón, histórico símbolo de la oligarquía cosmopolita adepta a las piezas clásicas de Wagner y Beethoven, revivió con glamour el recuerdo de sus años dorados, abriendo sus puertas para la lujosa función de gala ofrecida por el hombre del momento: Mauricio Macri.
Celebridades de la farándula y magnates de los negocios, reían y se embriagaban junto a invitados extranjeros de honor y la politiquería de turno, arrojándose caviares y botellas de “extra brut” unos a otros, en un retrato digno de las extravagancias porteñas de principios del siglo XX. Lágrimas de emoción se desprendían de los ojos de Bartolomé Mitre (tataranieto del asesino al servicio de Inglaterra), actual dueño de La Nación, cuando en su pecho acontecía una mezcla de orgullo y melancolía ante tal esperada añoranza. «Hemos vuelto» ha de haber susurrado hacia sus adentros.
La antesala a la maravilla arquitectónica del Colón era la infaltable alfombra roja iluminada por los flashes de la prensa amarillista. De limusinas alemanas descendían sobrios vestidos de sastrería francesa, finos zapatos italianos y elegantes smokings de corte inglés, algo que regaba de goce el refinado gusto de Doña Rosa, quien veía la repetición por “Intratables” al otro día, mientras intentaba sacar una mancha de tuco impregnada en la camisa de su marido.
Opinólogos de amplia trayectoria en la Argentina, que discuten tan banalmente una elección presidencial como el affaire de algún deportista o actor, dijeron presente en la gala. De Susana Giménez, pasando por Flor de la V, hasta la «Chiqui» Legrand (quien según fuentes extraoficiales, alegó no sentirse tan augusta con un gobierno desde la última dictadura cívico-militar), desfilaron frente a las cámaras. Guillote Coppola y Chiche Gelblung, quienes no se veían desde las reuniones «informales» en la Quinta de Olivos en épocas del “Turco”, se abrazaron largamente al reencontrarse. Por otro lado, no se hizo esperar la llegada de los embajadores y representantes de los nuevos aliados «estratégicos» de nuestro país, Francia y Alemania. También hizo su aparición el emérito rey Juan Carlos de España, quien no perdió tiempo en mirotear la gama de escotes de las jóvenes presentes.
Alguien señalo discretamente a un grupo de hombres que, con pinta de gringos, pretendían pasar desapercibidos entre la multitud. Según un informante, son los nuevos amigos del Presidente. Andan siempre ensacados, hablan en inglés entre ellos y responden ambos al nombre de «Smith».Antes de empezar a levantar sospechas, desaparecieron de la escena…
El Rey de la Soja, Gustavo Grobocopatel, uno de los mayores exportadores de granos de la Argentina; Paolo Rocca, italiano, miembro del Organización Techint (el mayor honlding privado del país) los dueños de los dos mayores grupos mediáticos del país, Daniel Vila y Hector Magnetto (quiénes se llevaron de souvenir un decreto para la modificación de la Ley de Medios); los hermanos Blaquier Arreta, quienes gracias a su empresa Ledesma ostentan el monopolio de la azúcar del país; Alfredo y Gloria Coto, encargados de la aniquilación de los pequeños comercializadores de productos en toda la Argentina; y Luis Paganini, de Arcor; entre otros referentes del capital concentrado en el país.
Y los infaltables, los «sospechosos de siempre»; los arbitristas de Mauri. De Prat Gay y su amor a la banca internacional, a la reciente incorporación del PRO, Martín Lousteau, marido de Carla Peterson y flamante embajador de los Estados Unidos. La nota de la noche la dio Horacio Larreta, quien tuvo que ser asistido por su mujer al haber olvidado su corbata en casa. Hilarante.
Todos, todos estaban allí para ser agasajados por el Freddy Mercury del subdesarrollo, el nene de papá, el amigo de los buitres, el único e inigualable, Mauricio Macri. La velada, ambientada por “El preludio al acto I de la ópera Parsifal” de Richard Wagner, fue un lujo. Risas, bailes, y más risas dieron una muestra de la feliz Argentina que se viene con el Cambio.
¡Que descorchen la champaña! La “Revolución de la Alegría” ya empezó y 1200 personas asistieron a su inauguración. El resto nos quedamos afuera.
FUENTES:
http://tn.com.ar/politica/asi-fue-la-gala-presidencial-de-macri-en-el-teatro-colon_641285