Die Soldaten, un espanto en el Colón – El Apasionado

Die Soldaten, un espanto en el Colón
16jul – Comencemos por el final, y voy a ser completamente sincero conmigo mismo y con la gente que lea esta nota. 100% sincero, como siempre. Cuando terminó Die Soldaten me alegré, porque haberla presenciado fue como pasar dos horas y media de violencia física y mental dentro del teatro.

Y sin que ello significara nada en especial, nada que no se sepa, nada nuevo, al contrario. En principio, una muy buena puesta en escena de Pablo Maritano, pero con luces led que (no sé si a propósito o no) agredían la vista, molestaban y cada vez que el disco giratorio del escenario se ponía en movimiento comenzaba una nueva tortura lumínica. Luego, una obra que se basa en la violencia, el predominio violento, física o sicológicamente de un ser sobre otro (padre sobre hija, hermana sobre hermana, madre sobre hijo, soldado sobre mujer, soldados sobre civiles, soldados sobre soldados), en las relaciones insanas, en todos los sentimientos negativos del hombre, que no agrega nada a lo que ya conocemos. Y para coronar la cima de la violencia, una música que no contiene una sola melodía destacable, que hace ruido y molesta todo el tiempo (como las acciones arriba del escenario, en eso es coherente) una música que no tiene nada de meritorio, absolutamente nada rescatable.  Por todo eso, cuando terminó la obra me alegré. La gente que volvió a sentarse para el segundo acto (no fue todo el teatro) y que no se escapó rápidamente al final (y eso que eran apenas las once menos veinte) aplaudió sin ganas, apenas por respeto al esfuerzo de los actores (que, eso sí, esfuerzo pusieron y mucho, no se si para bien o para mal) y que solamente cuando asomó la soprano danesa Susanne Elmark y luego el director, cambió los aplausos anodinos por algo de entusiasmo.

Hasta ahí mis sensaciones sobre Die Soldaten, que me parece prescindible, obra de un desquiciado, con sus seguidores que forman una extraña secta de fanáticos, por lo que leo en los medios de comunicación y que llenan las páginas con halagos hacia ella. Es decir, yo no concuerdo con ellos, y sé que lo que vi fue espantoso, anormal, enfermo, y sé que no me gustó y no me va a gustar nunca este tipo de obras raras, producto de mentes raras. No concuerdo con ninguna palabra que se ha dicho elogiando la obra, porque simplemente es mentira, los elogios son interesados, para crear espectativa en la gente. La obra no los merece, especialmente en su parte musical. Si la pusieran como obra de teatro en un local pequeño para cien personas, eso sería correcto. Pero no es para el Teatro Colón. Me tomé la molestia de entrar en Operabase y descubrí que en los últimos tres años se ha representado (en todo el mundo) apenas 5 veces y 4 de ellas en Alemania. Una nimiedad y no me sorprende. ¿Qué teatro del mundo apuesta por castigar a sus oyentes con semejante monstruosidad? Apenas la Scala de Milán la representó en estos últimos años, y nuestro gran Teatro, por supuesto. Si la hubieran puesto fuera de programa, vaya y pase, que se autocastigue quien quiera, pero incluirla en el abono fue demasiado arbitrario. Y eso del estreno iberoamericano no es un mérito, porque ningún teatro quiere hacer semejante crueldad y ponerla en programa. Lo que digan los supuestos “expertos”, es otra cosa. Que la vean los alemanes si les gusta tanto.

Creo que con Die Soldaten pasa como con algunas supuestas obras de arte que son defendidas por intereses sectarios que gastan mares de tinta para hacerlas “famosas” por algún tiempo. Y mucha gente colabora, por ejemplo los críticos de Clarín y La Nación, que desparramaron argumentos a su favor luego de ver la primera función, que yo sospecho no han visto, no pueden haberla visto, por las cosas que escriben. Una ridiculez, insostenible. Y otra gente, quizás por no pasar por inculta, o por no llevar la contra, o no pasar por loca, que repite, dice que le gusta, cuando hubiera deseado estar tomando un café con un amigo, ir a ver una buena obra de teatro o simplemente volver a su casa y descansar. No seamos hipócritas, digamos la verdad aunque duela. La obra es menor, no tiene méritos musicales y el texto es violento de forma gratuita. No existe el drama, no hay argumento, apenas algunas fotos de una vida desgraciada, de actitudes humanas que todos ya conocemos, nada nuevo, presentado de forma enfermiza.

De todas formas dentro de ese desquiciado panorama, hubo excelentes actuaciones que hicieron todo más desquiciado si eso fue posible, pero que hay que destacar. Me gustó mucho dentro del elenco extranjero la actuación de Sussane Elmark y la de Noemí Nadelmann, solamente la actuación, porque los gritos predominaron como en todo el elenco y el canto no existió en absoluto. Tom Randle, un artista que tenía muchas ganas de ver, no me produjo absolutamente nada. El resto de los extranjeros tampoco. Lo más destacable fue el elenco local, que parecía estar pasándola muy bien con sus actos de salvajada sobre el escenario. Tanto Santiago Ballerini como Christian de Marco o Nazareth Aufe produjeron escenas fuertes muy bien actuadas. Y me encantó la actuación de Alejandro Meerapfel como un cerdo militar sin escrúpulos. Iván Maier, Gustavo Gibert, Eugenia Fuente, Virginia Correa Dupuy, Sergio Spina, Santiago Bürgi y Luciano Garay también se destacaron con sus actuaciones representando la crueldad del ser humano.

Bueno, no tengo mucho más para decir, salvo que cuando salí del teatro me di cuenta del frío que estaba haciendo en la calle, caminé quince minutos buscando un taxi libre, y me congelé. Me vino bien, porque salí del teatro furioso por lo que había visto. Hago votos por que renuncie Lopérfido ya y deje de castigarnos con estas obras enfermas. Esta es la segunda de la temporada, porque la maravillosa Dido & Eneas vino con un ballet “moderno” absolutamente detestable, horrible, espantoso. No dije nada en mi comentario anterior, pero ya voy a dejar de ser contemplativo. Al que le guste, bien, y al que no, que comente todo lo que quiera. En esta web todas las opiniones son libres y bienvenidas.

Los saludos
Susanne Elmark

Los saludos
Leigh Melrose

Los saludos
Noemi Nadelmann

Los saludos
Baldur Bronnimann

Los saludos
Santiago Ballerini

Los saludos
Alejandro Meerapfel

Los saludos
Los saludos

Die Soldaten

Función del 15 de Julio de 2016 en el Teatro Colón.

Dirección: Baldur Brönnimann – Régie: Pablo Maritano – Elenco: Susanne Elmark, Julia Riley, Noemí Nadelmann, Tom Randle, Leigh Melrose, Frode Olsen, Santiago Ballerini, Gustavo Gibert, Eugenia Fuente, Virginia Correa Dupuy, Nazareth Aufe, Sergio Spina, Santiago Bürgi, Iván Maier, Alejandro Meerapfel, Luciano Garay y Christian De Marco.

Die Soldaten, un espanto en el Colón – El Apasionado

15 comentarios en “Die Soldaten, un espanto en el Colón – El Apasionado

  1. Si esta opera la hubiese escuchado Ongania y su familia seguramente salían corriendo a Confesarse y despues la hubiesen prohibido. Por suerte para todo los que les gusto esta Opera Usted solo puede irse . . . a confesar . . .

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  2. Suscribo la critica publicada sobre Die Soldaten con todas las letras, puntos, comas y demas. Es un atentado «servir» una obra semejante en el abono, lo que me decidio a no comprar mas el abono total, sino ir eligiendo lo que puede gustarme.

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    • A mi tampoco me gusto y no por eso soy Ongania ni la momia. No es comun ver gente retirarse en los entreactos, de manera que la aceptación esta dividida y a aquel que le haya gustado, me alegro por él, no es mi caso.Coincido con Susana en que se deberia presentar fuera del abono, para que casa uno elija ver lo que le gusta

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  3. que suerte flaco, sos un verdadero pelotudo, una especie en extincion
    segui caminando al fresco nomas. eso si, no leas los diarios, te va a hacer mal
    hay pasajes para disney a buen precio , en despegar . pom

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  4. Sinceramente, y sin ánimos de agredir al escritor, contrariamente a lo que él hizo para con el Teatro, esta producción y su elenco, creo que nunca entendió el evento artístico ante el cual se encontraba. Es más, creo que ni siquiera se tomó el trabajo de cualquier espectador medianamente formado de hacer una minimísima investigación de la obra que se disponía a presenciar. Y eso que escribe como periodista. Ello está claramente demostrado por el calificativo hacia una música que «molesta». Eso es no tener una mínima idea del lenguaje que se está abordando.

    La cuestión de gusto o no gusto es algo que está siempre presente, pero eso no debe desmedrar los resultados de lo que el compositor y ese magistral elenco lograron. Lograron, de hecho, montar una opera que superó las capacidades técnicas de varias de las salas mas importantes del mundo.

    En fin, me apena muchísimo que exista gente así y que encima tenga el privilegio de expresarse públicamente de manera tan desagradable.

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  5. Brutal, desmesurada. Crueldad sin límites. Puesta escenográfica magnífica. Voces espléndidas. Personajes desquiciados. Eso es la guerra !! Lo perverso del ser humano que ensalza la violencia de la droga, del sexo y de la guerra, permanentemente !!
    El autor nació en el 1918, Padeció el nazismo y la hecatombe de la guerra !! Que pretende Usted, estimado autor del blog !! No pudo sobrevivir !! Ese fue su legado, una tremenda obra de una persona aniquilada como millones que fueron asesinados !!
    Muy sencillo !! Si no gusta, no se va ni se critica !!

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      • Bueno, mi estimada amiga !! Es el riesgo de lo desconocido !!
        En la Staatsoper de Viena, asistí a la ópera Elektra de Richard Strauss. En un formato similar a Die Soldaten. Maravilla de cantantes y orquesta !!
        En Berlín clavo total !! Barenboim y su orquesta en la Staatsoper. La ópera: «El Barbero de Sevilla».
        Horrible !! Alemanes sin la gracia de los tanos !! Peluquero alemán !!
        Es natural los fiascos en el arte !! En el intervalo , nos levantamos y nos fuimos. Nadie se lamentó por los pesos perdidos !!

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      • En todas las grandes y ambiciosas casas de ópera se paga (caro) en abonos para ver a veces obras que no nos gusten… habrá que recordar los escandalos de las temporadas de Gerard Mortier en la ópera de Paris? hay que tener curiosidad y estar preparado para ir a la ópera.

        En cuanto a la crítica que estuve leyendo, sumándole una crítica del magnífico Dido y Eneas de Sasha Waltz, no apunta sino a generar más polémicas sobre Loperfido y pedir su renuncia. Es una pena cuando la política impide disfrutar de la música y de un trabajo de equipo de suma calidad como el que el Colon nos presentó con Die Soldaten. Aún peor cuando el periodismo se vuelve un insulto hacia 250 artistas y una mayoría del público…

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  6. Kirill Petrenko conducts the final scene from Bernd Alois Zimmermann’s DIE SOLDATEN
    Opera de Baviera Munich
    La escena final, estremece, parece un cuadro de FRANCISCO GOYA y sus fusilamientos !!!
    Un padre nuestro pidiendo la salvación !!

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  7. En un concierto de música electrónica, mueren cinco jóvenes envenenados por la locura ajena y su propia locura !! Un libreto de la vida cotidiana !! Con escenografía !!

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  8. La marcha …. !!! El RUIDO ESTREMECDOR de las BOTAS de las tropas nazis !!
    Delirio, sufrimiento perpetuo para tu pobre alma !!
    Zimmermann , elevo una oración por ti !!
    Descansa en paz !!

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  9. A ver si nos ponemos de acuerdo: sufrì mucho por la obra y su contenido, me asombrò la puesta y la mùsica tan descarnada como el argumento, me conmovì como hacìa rato no me pasaba con una opera, me trasladè a la alemania nazi y aùn siento las botas pisando a los pobres civiles que caen a su paso…etc. No es agradable de ver pero si no te mueve hasta los huesos es que no estuviste allì. El tema es tratar de aguantar hasta el final sin gritar y mordiendote los nudillos de la bronca y la impotencia.Mas no se le puede pedir a una opera !!

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  10. En arte no hay verdades absolutas, pero con el tiempo suele lograrse un consenso mayoritario sobre la calidad o valor de las obras. Son incontables los casos en la historia de autores menospreciados en su tiempo para ser después de su muerte revalorizados y en algunos casos considerados genios. Por respeto a quienes leen esto no enumero tantos casos conocidos. También es cierto que a pesar de ello habrá siempre personas que no se inmuten frente a ciertas expresiones artísticas, ya sea las Pasiones de Bach, Hamlet o el David. Es parte del atractivo del arte. Die Soldaten es a mi ver una obra mayor. No puede considerarse de vanguardia, habiendo cumplido ya 50 años y compartiendo una estética y contenido artístico que la acerca más al Expresionismo de los 20 y 30 del siglo pasado. La representación en el Colón fue una experiencia fascinante. Dura, si, desagradable por momentos, también, pero no se trata de arte decorativo sino visceral. Habrá público que prefiera otras expresiones, y está bien, pero aquellos que nos conmovimos con la obra y su magistral puesta e interpretación en el Colón, agradecidos por haber podido compartir esa experiencia estética. Ampliar el repertorio operístico tradicional es una obligación de un teatro de la envergadura y tradición del Colón y que se sostiene con los impuestos de los ciudadanos de Buenos Aires.

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